


En estos últimos días hice una peregrinación a la catedral de Santistopmotion y, como todo viaje, tuvo inesperados resultados. Lo único realmente malo: no haber podido estar más tiempo para disfrutar a fondo toda la conexión que allí se generó.
En todos los viajes te encuentras alguna fiera, o algún fiera, por el camino. Pues mira tú que en este viaje he aprendido que de fieras está la vida llena. En este las hemos visto de todos tipos, como para hacer un bonito catálogo. Malos, bastantes, pero como los buenos... qué gran descubrimiento todos!
Formamos una bonita manada, un gran placer compartirla. ¡Sois todos unos fieras!